El ergónomo, como ingeniero del factor
humano, ha de contribuir a crear espacios de trabajo adaptados a los hombres y
las actividades que en ellos se lleven a cabo. Deben reducir cuestiones
específicas como la iluminación, la elección del mobiliario o el confort de los
usuarios.
Aspectos básicos como la previsión de espacios para la realización de
actividades en el interior: despachos individuales y compartidos, locales de
archivos, accesos, circulación, etc. Constituyen elementos determinantes de las
condiciones de trabajo.
Cualquier situación de trabajo requiere un
lugar de trabajo y la aportación del ergónomo en el equipo del proyecto
arquitectónico que contribuirá a conseguir espacios ergonómicos, flexibles y
confortables.
La integración de la ergonomía en los
proyectos de concepción, puede contribuir a mejorar la salud y la seguridad de
los trabajadores al tiempo que su productividad.
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