Es de vital importancia identificar los
diferentes focos de riesgo presentes en
un puesto en el que se trabaja con pantallas
de visualización de datos, para
evaluar los riesgos y tomar las medidas
oportunas, evitando los daños y lesiones
que puedan desencadenarse.
Por consiguiente, cuando en un
puesto de trabajo se caracteriza por la
utilización de pantallas de visualización
de datos y además, al trabajador se le
considera “usuario de PVD´s”, es interesante,
conocer los posibles daños y lesiones
asociadas con la finalidad de
prevenirlas, en la medida de lo posible,
o, en el caso de que ya se hayan producido,
evitarlas o minimizarlas.
Los posibles daños y lesiones que
puede ocasionar la utilización de pantallas
de visualización de datos son las
siguientes:
a. FATIGA FÍSICA.
Las causas fundamentales para la
aparición de la carga física son:
• Posturas incorrectas.
• Estatismo postural.
Las posturas incorrectas más acentuadas
en los trabajadores que manejan
una Pantalla de Visualización de Datos
son:
• Inclinación excesiva de la cabeza.
• Rotación lateral de la cabeza.
• Inclinación del tronco hacia delante.
• Flexión excesiva de la mano respecto
al eje del antebrazo.
• Inclinación del fémur hacia abajo.
El estatismo postural se refiere a los efectos
que provoca el mantenimiento de
una postura estática repetitiva, generalmente
son:
• Trastornos circulatorios
• Sobreesfuerzo muscular.
• Dorsalgias.
• Lumbalgias.
b. FATIGA OCULAR
Las causas fundamentales que provocan
la fatiga visual suelen ser:
• Reflejos sobre los elementos del puesto
de trabajo.
• Exigencias de la tarea (tiempo, nivel
de atención,...).
• Cambios continuados en la acomodación
visual del ojo ocasionado por
diversas distancias de trabajo (ojo -
documento; ojo - pantalla).
• Iluminación inadecuada del puesto
de trabajo.
c. FATIGA MENTAL
Es una alteración muy común entre
los trabajadores usuarios de PVD’s. Este
tipo de fatiga consiste en una disminución
de la eficiencia funcional mental
debida, generalmente, a un esfuerzo
intelectual o mental excesivo, es decir,
el trabajador es menos eficiente al realizar
su tarea ya que, por ejemplo, comete
más errores. Este trastorno se puede
presentar puntualmente o en un
período corto de tiempo debido, por
ejemplo, a una cantidad mayor de trabajo
o, por el contrario, se puede presentar
de forma más duradera afectando
además de a la salud del trabajador
a otros aspectos, como son: absentismo,
disminución de productividad, motivación,
relaciones sociales (compañeros,
familiares, amigos…), entre otros.
La fatiga mental puede desencadenar
los siguientes síntomas:
• Síntomas somáticos: Cefaleas, hipersudoración,
palpitaciones, mareos y
trastornos digestivos (diarrea, nauseas…).
• Síntomas psíquicos: ansiedad, irritabilidad,
estados depresivos, llegando a
una situación de estrés si el organismo
es incapaz de recuperar por sí mismo
el estado de normalidad o si no son
corregidas las condiciones desfavorables:
ambiente, trabajo mal racionado,
etc.
• Trastornos del sueño: Pesadillas, insomnio
y sueño agitado.
Lo importante a la hora de trabajar con PVD es hacer buenas prácticas en este para evitar los anteriores daños y lesiones, como vamos a ver en este vídeo de Aica, Asociación de Empresarios de Alcobendas en colaboración con Asifor Ingeniería.
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