En Estados Unidos; estos asientos poco comunes intensifican
la atención de los alumnos y mejoran la postura, aseguran los especialistas. En
las aulas que las han adoptado, los resultados académicos mejoran.
Hace pocos meses, Donna Yehl buscó en internet alguna forma
de ayudar a sus alumnos inquietos a permanecer tranquilos. Se encontró por
casualidad con una historia sobre pelotas de ejercicio que mejoraban la
concentración. Así es que reemplazó las sillas de su clase por pelotas de 52,5
cm de diámetro. “Ahora están más concentrados”, asegura. “Se sientan derechos”.
Lisa Witt, cuya empresa WittFitt vende sillas de pelota para
las aulas escolares, dice que ha habido un fuerte aumento de clientes: de una
escuela en 2004 a más de 300 en todo el país y el extranjero.
Los niños están de acuerdo
Emily Ziemba, de 10 años, cuando se le pregunta si está
contenta con su nueva silla nos dice: “A veces me gustaría inclinarme hacia
atrás”, pero otras veces, es mejor que una silla”.
Los profesores señalan que los niños en este tipo de asiento
dejan de desplomarse sobre su escritorio, y hacen el ejercicio suficiente como
para mejorar la concentración.
Los niños con desórdenes de atención tienen “una corteza
cerebral soñolienta”, y el ejercicio
combate ese alejamiento mental.
John Kilbourne, profesor de ciencia del movimiento de la U.
del Estado de Grand Valley en Michigan, experimentó con estudiantes
universitarios el año pasado. El académico encontró que ellos preferían las
sillas de pelota a las normales y que su concentración mejoraba mientras se
balanceaban.
El profesor nos indíca“Se
sorprendería de cuántos niños realmente necesitan moverse mientras aprenden”.
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