Aunque la televisión seguirá
dando guerra mucho tiempo (la vemos el doble que en los años cincuenta), es
cada vez más minoritaria en relación al resto de dispositivos. Según Nielsen,
empresa líder mundial en la medición de audiencias, los norteamericanos
pasan más de once horas al día consumiendo comunicación por medio de estos
electrodomésticos que han dejado de serlo y llevamos a todas partes. En el
trabajo, no hay hora para dejar de mirar el mail y las reuniones presenciales y
las llamadas de teléfono ceden espacio ante las conexiones a distancia a través
de pantallas por medios como FaceTime, Skype o Hangouts.
Los dispositivos informáticos en
el futuro.
Un informe de Citrix citado por
Hessel, informa de que en 2020 las personas usarán una media de seis
dispositivos informáticos al día... solo para trabajar. No es preocupante solo
por la postura que adoptamos y cómo enfocamos la imagen, sino también
por algo que no podemos controlar: el tipo de luz. La llamada luz azul
ha sido objeto de varios estudios que, muy convenientemente para el rumbo que
están tomando nuestras jornadas laborales, hablan de todo tipo de beneficios y
hasta de "sanación" por esa franja del espectro luminoso. En un
hospital de Boston investigadores concluyeron que "la luz azul mejora los
niveles de alerta y atención", tanto de día como de noche.
La energía luminosa y sus efectos
en la visión.
Otra vertiente del asunto es lo
que se llama 'estrés de la acomodación'. Lo experimentamos al trabajar con
pantallas de visualización de datos. Cambiando continuamente el foco, de
papeles a la pantalla, de la pantalla al compañero de al lado y del compañero
al teclado, sobrecargamos los músculos del ojo y nos cansamos demasiado. Todo
el mundo sabe que debe hacer ejercicio con las piernas o la espalda, pero casi nadie
detiene su jornada para ejercitar los ojos.
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